lunes, 24 de febrero de 2020

SIN EXCUSAS A FINALES DE FEBRERO: POR QUÉ EL BLOG HA ESTADO PARADO.


Debo dedicar una disculpa a todas las personas que se han tomado la molestia por dejarse caer de vez en cuando por esta mi guarida por el silencio que la ha gobernado durante éstos últimos meses. Podía culpar de ello a mi frecuente inconstancia, o atribuírselo al sinnúmero de obligaciones que se me han ido acumulando; de cualquier manera no hay excusa que justifique el abandono tan temprano de un proyecto que me hace tanta ilusión.


En primer lugar, quiero explicar que aunque ha sido de forma privada he continuado con los retos que dieron inicio a esta breve locura. En lo que respecta al mes de Diciembre, escribí el relato que correspondía, aunque su resultado no termina de complacerme del todo. De cualquier forma, estará subido al blog en breves como disculpa por mi larga ausencia. También proseguí con mi lista de lecturas: La novela protagonista, que debía ser una obra llevada al cine, terminó por ser La Princesa Prometida”, de W. Goldman. Voy a necesitar un artículo entero para explicar lo mucho que me ha maravillado leerla: es de esas historias creadas para alimentar a nuestro niño interior, con una ejecución brillante y divertida que me ha obligado a estar pegada al libro día sí y día también. 


Con estas futuras promesas voy a explicar el motivo real de mi ausencia: el reto de 12 Meses de Escritura del mes de Diciembre me llevaba a retomar un antiguo texto y remozarlo para tratar de exprimir mejor la idea que me había llevado a escribirlo. Y ahí me quedé, atrapada entre antiguos manuscritos hasta que me topé con los inicios de una novela, de la que no había escrito más de medio capítulo muchos años atrás. Desde que releí lo poco que llevaba no pude apartarme del mundo y de los personajes que conformaban esa historia, y aunque intentaba continuar con los relatos como me había propuesto mis pensamientos volaban una y otra vez a ese universo cruel y oscuro de fantasía realista, barriendo de un plumazo cualquier iniciativa de otra temática que estuviese barajando. Así que resignada por el apremio de esta historia, me senté a escribir, y lo cierto es que hasta hace una semana, que puse el último punto de ese texto, no he podido abandonar esa novela más que el tiempo justo para dormir. Ahora me queda un largo proceso de corrección y decidir qué demonios voy a hacer con algo tan grande, pero mientras tanto puedo retomar mis prácticas como en un inicio me había marcado. 

Se me acumulan las reseñas


Trataré de seguir el índice de escritura de los retos que corresponden a Enero, Febrero y el ya próximo Marzo, aunque no puedo asegurar que vaya a escribirlos en ese orden porque las ideas que ahora mismo tengo para ellos se superponen unas sobre otras. Confieso que hasta hace poco he sido mucho más fiel al reto de Lectura, lo que me obliga también a algunos artículos de reseña que iré intercalando en las próximas semanas. Y me guardo también la promesa de hacer la reseña del libro que estoy leyendo ahora mismo, ya que me tiene absolutamente fascinada, aunque no voy a entretenerme ahora en explicar el porqué de sus maravillas, puesto que pretendo que esta entrada sea breve. Solo diré que espero poder hacerle justicia y que no me gustaría ser el siguiente libro de mi lista, porque va a palidecer ante el recuerdo de éste, que tardará mucho tiempo en desaparecer de mi mente. Sé que las comparaciones son odiosas, pero por desgracia también son inevitables.


Sin extenderme más me despido, agradeciendo de nuevo a las personas que pasan de vez en cuando por mi blog o Wattpad o me siguen preguntando por el proyecto “Señores y Vasallos” (que no es un título definitivo ni mucho menos), que tan atareada me ha tenido estos últimos meses. Espero que sigáis acompañándome en todas las aventuras que me quedan por contar.

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