viernes, 15 de noviembre de 2019

RESEÑA DE NOVIEMBRE: La Chica que Amaba a Tom Gordon, de Stephen King.


Bienvenidos otro día más a esta humilde guarida. Hoy traigo la primera reseña, que se corresponde con el Reto de Lectura del mes de Noviembre. En esta ocasión se trataba de escoger una novela protagonizada por un niño, lo cual parece sencillo porque hay cientos de ellas, más o menos famosas, que tienen fácil acceso.


El problema me surge a la hora de encontrar una novela para el reto que no haya leído, y aunque suene un tanto pretencioso, he de decir que muchas de las sugerencias que encontramos en las listas de Google o en blogs de literatura ya habían pasado por mis manos, algunas hace más tiempo y otras hace no tanto. Confieso que la búsqueda tampoco fue en exceso profunda, ya que quería una novela sencilla, a ser posible no muy extensa, para poder asegurarme de terminarla a tiempo de completar el primer reto.

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Fue así como me topé con La chica que amaba a Tom Gordon”, de Stephen King. La verdad es que dentro de este último año he leído varias historias de este mismo autor, de modo que me atraía bastante la alternativa. Voy a intentar hacer una visión general sin destripar demasiado el argumento, dando mis impresiones, siempre desde la perspectiva de una lectora empedernida, pero por supuesto, aclarando que no soy ninguna experta literaria y que lo que reflejo a continuación no es más que una opinión personal.


En primer lugar, he de destacar que aunque Stephen King es un escritor que me agrada en la mayoría de sus trabajos, me parece un poco irregular en la calidad de los mismos, quizás por lo prolífico de su obra o quizás porque muchas de sus novelas se han escrito hace bastante, en un contexto donde el terror no estaba tan sobreexplotado como hoy en día. De todas formas, “La chica que amaba a Tom Gordon” no es tanto una historia de miedo como un relato de supervivencia.


Analizándolo un poco más en la línea de una historia de supervivencia, el libro me ha parecido entretenido, con una narrativa simple y esclarecedora. Si bien creo que la esencia del personaje de Trisha, la protagonista, no está tan bien conseguida como otros niños dentro del universo de Stephen King, es cierto que la historia no se hace lenta, que mantiene atento al lector aunque sin llegar a enganchar del todo. El libro está bien documentado en cuanto a aspectos relacionados con botánica, supervivencia, biología y medicina, y al parecer (y para mí esto es un punto un poco en contra para el libro) en béisbol. 


Y resulta que a lo largo de toda la novela, las referencias a este deporte y a Tom Gordon, el amor platónico de Trisha, se pueden hacer pesadas para alguien que no tiene mucha idea o que simplemente no está interesado en él. No obstante, las referencias al béisbol no han sido para mí el punto más negativo del libro en conjunto.


A pesar de que es cierto que la historia tiene algunos puntos bastante siniestros, tanto dentro del propio declive emocional de Trisha como en lo que se refiere a la dignidad humana, la sensación con la que te quedas al acabar de leerla es que hubieras deseado algo más. La trama se mantiene en una gama de grises, en ocasiones más oscuros, creando la anticipación de un momento “paranormal” o “fantástico” que nunca termina por llegar, o que no lo hace en la forma que la historia augura. Tal vez el hecho de que la protagonista sea una niña de nueve años hizo que Stephen King moderase un poco el tono general de la novela, o tal vez mis expectativas al respecto hayan ido por caminos diferentes al desarrollo real del argumento, pero no puedo dejar de pensar en “La chica que amaba a Tom Gordon” como en un relato que se ha estirado demasiado para contar algo sencillo, y creo que esta impresión final es en verdad el mejor resumen que puedo hacer del libro. No es que no me haya gustado, pero ha pasado sin más y no he encontrado nada que especialmente me haya emocionado.


Pero para no dejar un sabor agridulce en esta primera reseña, me gustaría dejar algunas alternativas de novelas protagonizadas por niños que me hubiera encantado descubrir en este reto, pero que he tenido la suerte de haber encontrado antes:


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El Libro del Cementerio, Neil Gaiman

Resultado de imagen de el señor de las moscas libro
  El Señor de las Moscas, William Golding


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Momo, Michael Ende

Resultado de imagen de la historia interminable libro
La Historia Interminable, Michael Ende


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It, Stephen Kinh
 (Algún día escribiré sobre la maravillosa relación de amor-odio que tengo con este libro)

Y esto no son más que pequeños ejemplos que a mí me parecen maravillosos e imprescindibles, entre otros muchos que me quedo en el tintero. Nos vemos en la próxima entrada, que espero que sea en poco tiempo, para actualizar el reto de Noviembre y quizás traer algunos extras. En lo que respecta al reto de 12 meses de Lectura, ya tengo la vista puesta en Diciembre, y espero que la elección esta vez haya sido más acertada. Muchas gracias por compartir un pedazo de vuestro tiempo conmigo, espero que en comentarios me dejéis vuestras propias recomendaciones o me las hagáis llegar a través de las redes sociales para agregarlas a mi lista de futuros proyectos.


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